El dia amanecia muy bueno, 18-20 grados, sol radiante y una brisa suave y fresca... Dejamos el hotel, como siempre entre bartulos, alforjas, bicis y un pequeño personaje que no para... Muy pronto nos ponemos en ruta para encotrarnos lo antes posible con Tilalá y Topaco, y lo hariamos al final de la ruta. El Camino es muy bueno, carril bici en su mayoria. Vamos cerca del rio aunque practicamente sin verlo, ya que existe un dique que da protección a las numerosas granjas y campos de cultivo que vamos dejando a un lado y a otro.
Pero por supuesto, como podia ser todo tan idílico y pronto, un poquito de Murphy, el de las leyes, hacia acto de presencia. El camino de repende se corta y hay que dar la vuelta. Y ahora que, pues alli mas atras hemos dejado un desvío a mano derecha. Pues vaos a ver. Llegamos y antes de que nos diera tiempo a sacar las guias y mapas, ya teniamos a una alemana, nada joven, que queria ayudarnos, y pronto se ofrece a llevarnos al buen camino... Y asi lo hacemos, a rueda y con el gancho puesto,. Estos alemanes, especialmente los mayores, parece que van asi como paseandillo, y ponte tu a seguirlos con las alforjas y el Croozer, nooooo veas... Total, que la seguimos y ahi estamos de nuevo con el rumbo cogido.
Otro de los ¨males¨son las puertas, una cada pocos kms, cercando las fincas ganaderas, suponemos. El croozer cabe justo y en mas de una hemos tenido que desenganchar para pasarlo por encima... En fin...
Puentes. Desde el río tierra adentro, van con frecuencia uno canales navegables, muy transitados. Se plantean dos opciones; esperar a que se abra, y vuelvan a poner el puente nada mas pasar los barcos o dar la vuelta para rodearlo, en caso de que quieras hacer unos cuantos kms de mas. Donde fueres haz lo que vieres. Todos los autoctonos que habia por aqui esperaban, nosotros también. No vamos a contradecir a nadie... En uno de los puentes nos ha tocado esperar una hora, sin que hubiera barcos ni nada, es decir, se conoce que dejan abierto una hora y la siguiente lo dejan cerrado... jeje! En el siguiente solo hemos esoerado media hora... menos mal. Total, que aprovechando el parón nos ponemos a comer...
Tras esto, poco más, el calor ya apretaba, la brisa se ha tornado en viento de cara y esto ha hecho que el dia ciclista se endureciera un poco... Peeeerooo al poco tiempo llegamos al puerto, por decirlo de alguna manera, de Kollmar. Josto al llegar oigo la voz del cuñao, JOOOOOOSSSEEEEEE! y ahi estaban ya ellos, con sus flamantes bicis nuevas y con unas radler esperandonos... Risas y abrazos, algo de picar y al camping, tipicamente aleman, verde, arboles, lleno pero misteriosamente en silencia, junto al rio, en fin, una maravilla... A montar las tiendas y otra radler. Luego a buscar cena al peublo y a encuevarnos...
Un dia perfecto...