El día que llegaste... 09 de Diciembre de 2011.

Ya se que se supone que esto es un blog dedicado a rutas en bici, viajes en bici etc. Y de hecho este día debería estar montando en bici tal y como tenía planeado... Pero el destino tenía otros planes para todos nosotros...

Escribiré esta crónica, la primera del blog, en pasado, porque espero que algún día podamos recuperarla y puedas leerla y así saber como fue tu llegada a nuestras vidas...

No se qué día será, ni quienes estaremos a tu lado, pero espero que al menos estemos junto a ti todos los que te vimos nacer...

Era 8 de Diciembre de 2011 y recibí un mensaje al móvil de tu padre que decía lo siguiente: nos vamos para el hospital aunque seguramente no sea nada... En mi estado habitual de inconsciencia le dije a tu tía Ana que os ibais al hospital pero que seguramente no sería nada... Así que hice el intento de seguir durmiendo pero Ana puso "cordura" en la situación y me despertó del todo: Joseico, despierta... qué hacemos? Javi está en camino... Que hacemos...? -Llama a mi hermana- Le dije yo... Si, es tu madrina y nos dijo que había hablado con Papá y Mamá y que le había dicho que se fueran para el hospital, que aunque no estaba segura del todo, ella tiraría para allá de todas maneras... Y eso hicieron... Tu Madrina es médico/a, es la mejor doctora del mundo mundial, al menos para nosotros y por eso siempre le hacemos caso, házselo tu también...

Tan tranquila y tan contenta...

Total que allá que nos fuimos nosotros también... Cuando llegamos, sin desayunar ni nada, nos encontramos en la tienda de la entrada a tu madre, con un pijama del hospital y una estupendiiiiisima bata de esas que le gustan a ella, muy de su estilo, sonriente, como si con ella no fuera la cosa... Pero que haces aquí abajo, Cita??? le dijimos al verla... Estaba feliz. Le habían dicho que efectivamente estabas en camino... También estaban Papá y el Tío Paco, ese que te regala todos los aparatejos habidos y por haber, y que está un poco loco, aunque bueno, habrás comprobado ya a estas alturas, que estamos todos más o menos igual, de locos, quiero decir...

Tu madrina estaba de guardia y por eso no estaba en ese momento pero a ella el destino le tenía otro regalo preparado, algo que hubiéramos deseado cualquiera de nosotros...

Cualquier ruido nos ponía en alerta

Bueno, pues tranquilamente nos fuimos los 5 a desayunar, pues a mami le habían dicho que eso iba para largo y que debía andar... Al terminar nos subimos tranquilamente y nos pusimos a dar vueltas a la planta del hospital para acompañar a tu madre mientras andaba, así, a modo de comitiva, todos en corro alrededor de ella... No tardaron en llamarla, había dilatado 4cm, así que nos íbamos todos a dilatación, esa sala donde se preparan las futuras madres para serlo... Aquí nos tuvimos que quedar todos fuera, no nos dejaban pasar, bueno, excepto a papá, claro... Todo parecía que iba a ser rapidísimo, pero nada más lejos...

Pronto empezaron a llegar tus abuelos, los tíos de Mamá, María, tu Tío Tato, empeñado en que nacieras el día nueve, y tu Tía Elena (tus verdaderos tíos)... Sólo faltaba tu Tía Ana, lacano, la loca, pero esta de verdad, que venía ya de camino en el tren, "el AVE",  nerviosa pensando que no llegaría antes que tu...

Larga espera...

Cuando todo apuntaba a que ya estabas apunto de aterrizar, todo se ralentizó... Y tu tío Tato feliz, ya que empezó a creer que se saldría con la suya... Pasaron las horas y horas y horas... Y allí seguíamos todos como clavos, idas y venidas de unos y otros... Como está el tema??? Dilata o no dilata... Papá salía de vez en cuando a informarnos con cara de entre cansado y desesperado por verte, la misma cara que teníamos todos... Allí no paraban de entrar parturientas y todas salían con su regalo antes que nosotros... Tu madrina entraba y salía, entraba y salía, se pasó todo el día así, pero tu no querías salir...

Las horas seguían pasando, y entonces llegó tu Tía la loca, lacano, la hermana de mamá, ya estaba todo listo y podías llegar, pero las horas seguían pasando y ya teníamos alguna baja entre nosotros, ya que era día de trabajo y había que madrugar... Sentados por los suelos, café tras café, idas y  venidas de tu padre y tu madrina, incluso hablamos por teléfono con mamá... Pero nada, no querías...

Risas, anécdotas, cuanto pesé yo, cuanto pesaste tu... conversaciones típicas de todos los que pasan por esa sala... y de repente nos dijeron que os ibais para la sala de parto, ahora si que te habías decidido y antes de darnos cuenta sonó el teléfono! Eras Tu!!! Estabas llorando!!! Y nosotros también... Papá marcó el número y tu nos dijiste: YA ESTOY AQUIII!!! Y HE VENIDO PARA QUEDARMEEEEE!!!!!!!!!!! Apenas pasaban quince minutos de las dos de la madrugada... Ya era nueve de Diciembre y ya estabas aquí... Y antes de darnos cuenta, por la emoción, vimos como Papá te sacaba del paritorio entre lágrimas para que te pudiéramos conocer, y sabes con quien venía? Si, venía con tu madrina, había estado allí, junto a papá y mamá, te había visto llegar al mundo... Ese fue su regalo, su privilegio...

Un regalo inolvidable

Ya mas tranquilos, y tras conocerte, se fueron todos a descansar, bueno, todos no, tus tíos Ana y Tato, Ana y Yo, Paco y tu madrina queríamos ver a mamá y volver a verte... Hicimos cola. La primera fue tu tía lacano, luego entró tu tía Ana y el resto después de uno en uno...

Nos dieron las cinco de la mañana, más de 15 horas de parto y allí que estuvimos todos esperándote... Tras verte nos fuimos a descansar y os dejamos a los tres solos, descansando también... Esperaban unos días durillos... Y lo demás ya lo sabes, llegaste a casa...

Tardaste mucho mas de nueve meses en llegar. Fue duro, muy duro, sobre todo para papá y mamá, pero la vida es una carrera de resistencia y si aguantas y haces las cosas bien al final llegarás a la meta...

Por cierto, un día, mientras todavía estabas dentro de mamá, hicimos una apuesta... que papá te cuente quien ganó... Sabes de quién es hoy el cumpleaños? Que buen regalo le has hecho a tu Tío Tato...

Un deseo para mi... me lo vais a permitir... Espero y deseo que en estas crónicas pueda escribir algún día que iba acompañado por mi sobrinillo Javier y por qué no, por alguien más...



Dedicado a Javier y a sus padres.