Desesperados, gordos y hartos del parón y de los resfriados, por fin volvemos a las andadas... Los cuatro de siempre, al menos gran parte del trayecto, ya que Lermanica y El Cuñao tenían un compromiso ineludible...
A las doce y con mucha calma estábamos, como siempre en los coches con todos los aperos preparados dispuestos y sin nada olvidado, a saltarnos todo el asfalto que separa nuestra cueva de Felix. Allí nos montamos en nuestros hierros rumbo a La Chanata...
La una de la tarde y allá vamos. Un día espectacular, sol calor lo justo y una ligera brisa de poniente que refrescaba a ratillos el ambiente, vamos que la primavera ha llegado a Almería, si es que alguna vez se fue. La pista, es otra historia. A alguna lumbrera se le ha ocurrido "arreglarla" y la ha dejado horrible. Durísima en la subida y peligrosa en la bajada. Muchos agujeros y piedras de todos los tamaños sueltas. Para hace eso es mejor estarse quietecico...
En fin, tras alguna parada para no se cuantos intentos de nuestros queridos "fotosaltos" Lermanica y El Cuñao deben volverse a unos pocos kms de nuestro destino, ya que tenían compromisos sociales y andábamos mal de tiempo, así que ahí nos despedíamos...
La Acien y yo continuábamos, muy cansados ya por el lamentable estado de forma y la dureza de la pista. Pero con mi anica no hay quién pueda y pronto estábamos en nuestro destino. Para entonces ya se había complicado el tiempo un poco allí arriba...
Pues nada, me enfundo mi regalito de santo, una guaperica chaquetilla Maloja que mi anica ha decidido darme un par de diillas antes, y yo encantado. Avituallamiento, abrigo, chambi y para abajo. Sufriendo mas que para arriba ya que la pista era una jabonosa e íbamos de patinazo en patinazo. Por suerte hoy no ha habido premio limón...
Hasta la próxima!
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